Tal día como hoy nacía una de las figuras más importantes de la historia del hombre, que pasó a la inmortalidad tanto por sus creaciones, como por sus pensamientos, un día como hoy de 1452 nacía en Vinci, un pequeño pueblo de la toscana, el gran Leonardo.
Leonardo fue un hijo ilegítimo, su padre Piero que era notario en Florencia, lo tuvo fuera del matrimonio con una campesina llamada Caterina.
Leonardo fue criado en Vinci, jugando y disfrutando de todo lo que la naturaleza le ofrecía, ya desde pequeño tuvo una curiosidad unas ansias de saber sorprendentes.
Su padre se lo llevo a Florencia cuando era niño para criarlo, sabiendo que no podía seguir la estela de su familia por ser ilegítimo, decidió llevarlo al taller de su amigo Andrea del Verrochio a la edad de 14 años, Leonardo fue aceptado por la gran belleza de sus dibujos.
En el taller aprendió todos los fundamentos de la escultura, la pintura, matemáticas, dibujo y pronto el joven Leonardo empezó a destacar. Existe una leyenda escrita por Giorgio Vasarí en su biografía de los artistas del renacimiento donde nos dice que en la obra El Bautismo de Cristo (1472) que trabaja junto a su maestro Verrochio, el Joven Leonardo pinta el ángel de la izquierda con tanta sutileza y dulzura que el propio maestro al ver que había superado por su alumno, dejó de pintar para siempre.
Leonardo pronto se independizaría de su maestro y empezaría a recibir encargos, una de sus primeras obras es la Anunciación (1472), donde ya vemos esa mirada realista y científica de la naturaleza, tanto en el Ángel con alas de Pájaro como en el anamorfismo de la virgen en la mano por la ubicación de la obra.
Muchas de las obras de Leonardo se encuentran inconclusas, como la «Adoración de los Magos´´ (1481) Leonardo se consideraba más un científico que un pintor, ya que era un hombre inquieto con ansias de saber y experimentar, y eso se ve en su pintura, donde entrelaza el arte y la ciencia. Después de ser rechazado por la familia Medici decide escribir una carta a la corte de Ludovico Sforza en Milán para trabajar como ingeniero.
De este periodo destacan sus investigaciones para maquinas de guerra, estudios anatómicos, pero también pinturas de gran belleza, como «La virgen de las Rocas´´(1486) y «La dama del Armiño´´(1490), que se trata de un retrato de Cecilia Gallerani, la cual era la amante de Ludovico.
Durante la estancia de Leonardo en Milán pinto una de las obras culmen del Renacimiento y de la historia del arte, «La ultima cena´´ (1495).
Cuando los franceses invadieron Milán, Leonardo pasó unos años en Florencia, donde forjó una enemistad artística con Miguel Ángel, y realizó la pintura más conocida de la historia del arte, La Gioconda (1503) donde perfecciona su famoso sfumato, y esa sonrisa enigmática de la retratado que se ha identificado como Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo, aunque hay muchas hipótesis en este cuadro. Leonardo jamás se separaría de esta pintura, incluso llevándosela a Francia
Los últimos años de Leonardo los pasó en Amboise en la corte de Francisco I, donde falleció a la edad de 67 años en 1519.
Obras:
Tavola Lucana, posible autorretrato de Leonardo, Museo de la Antigua Gente de Lucania, Italia.
Mona Lisa o Gioconda (1503), Museo del Louvre, Paris
El Bautismo de Cristo (1472) Galeria Uffizzi, Florencia
Adoración de los Magos (1481)
Dibujos del Códice Madrid, Biblioteca Nacional, España
Estos días ha sido a la luz el descubrimiento, en la cueva de Leang Tedongnge (Isla de Célebes, Indonesia), la pintura más antigua fechada hasta la actualidad: un jabalí (136cm x 54cm) pintado (y rellenado) hace más de 45.000 años.
Pintura rupestre de un jabalí verrugoso de Sulawesi de hace al menos 45.500 años en Leang Tedongnge. / Maxime Aubert
El jabalí, pintado con pigmentos minerales, ocre rojo, fue descubierto por el equipo de la Universidad Griffith (Australia) liderados por el arqueólogo y profesor Adam Brumm, no apareció solo, si no que se han descubierto dos jabalíes más, pero incompletos como se puede observar en estas fotografías y gráficos.
Estas pinturas han sido fechadas a través de la técnica de series de uranio, que consiste en no datar la pintura en sí misma, si no en los procesos geológicos asociados a la actividad artística.
Hay otra curiosidad, y es que, en 2017 en la misma zona de Indonesia, fue descubierta la escena de caza más antigua del mundo, pintada hace 43.900 años, y en la que aparecen: dos jabalíes, cuatro búfalos enanos y lo que parecen ser ocho figuras humanas.
Fotografía de RATNO SARDI
En Europa también tenemos algunas escenas de caza, pero. ninguna con fechas tan antiguas. La más famosa es la «Escena Del Pozo», en Lascaux (Francia), con una datación de entre el 17.000-15.000 aC
O los grabados y pinturas de Trois Fréres donde aparecen unas extrañas figuras denominadas «El hombre-bisonte» y «El hechicero» (17.000-10.000 aC)
Por cierto, durante años se dijo que esta imagen de la Cueva de Altamira (Santillana, Cantabria) era también una jabalí, aunque es en realidad un bisonte al que le falta la cabeza.
Una de las actividades que realizamos en el Museo del Romanticismo es el Club de Lectura, actividad para adultos en la cual analizamos una obra literaria del Romanticismo y la vinculamos con la colección y salas del Museo.
En estas ocasión, con motivo del 150 aniversario de la muerte de Gustavo Adolfo Bécquer, proponemos como lectura Desde mi celda, conjunto de cartas que el sevillano escribió durante su estancia en el monasterio de Veruela (Zaragoza) y que luego fueron publicadas en el periódico El Contemporáneo. En ellas describe su viaje hasta allí, el paisaje y los personajes que le rodean o las leyendas del lugar. Todo ello ha conseguido que este paraje se convierta en un espacio becqueriano por excelencia.
En esta actividad trataremos diferentes temas transversales como el costumbrismo, la figura de la mujer o la arquitectura. Gustavo Adolfo Bécquer, además de poeta romántico era un gran conocedor y admirador de la arquitectura. Rechazaba la destrucción del patrimonio, pues esto significaba acabar con la tradición española más real, y por tanto con la antigüedad y los orígenes del país. Por ello, en 1857 va a iniciar el proyecto La historia de los templos de España, junto a Juan de la Puerta Vizcaíno, que finalmente fracasaría, solo públicandose la primera entrega.
En sus obras, Bécquer va a hacer referencias y críticas continuas al incendio y saqueo de San Juan de los Reyes y a su transformación en almacén de víveres y pertrechos militares, o cárcel, como podemos observar en la obra Ruinas de San Juan de los Reyes de Toledo deCecilio Pizarro, que se encuentra en el museo. Era en estas ruinas donde el poeta romántico buscaba inspiración en ocasiones.
En la obra se puede observar las ruinas de la nave de un claustro donde la cubierta se ha derrumbado y la maleza crece. En el ángulo inferior izquierdo se encuentra una figura masculina, ataviada al modo de los tipos populares, que está sentada en el suelo llevándose una mano a la cabeza en actitud meditativa.
El monasterio de San Juan de los Reyes de Toledo fue construido por encargo de los Reyes Católicos, a finales del siglo XV, con el fin de conmemorar la victoria de Toro acaecida en 1476 y convertirlo en mausoleo real, pero cambiaron en este último parecer tras la conquista de Granada en 1492. El arquitecto encargado de las obras fue Juan Guas, siendo el estilo gótico isabelino el imperante del conjunto. El ala sur del claustro principal se derrumbó a causa del incendio sufrido a finales de 1808, cuando se retiraban las tropas francesas que lo habían estado utilizando como cuartel, además el monasterio quedó en estado ruinoso tras la desamortización de Mendizábal.
Ruinas de San Juan de los Reyes de Toledo. Cecilio Pizarro, 1846. Museo del Romanticismo
Texto: Marta Pinchete. Graduada en Turismo por la UAM