Una de las actividades que realizamos en el Museo del Romanticismo es el Club de Lectura, actividad para adultos en la cual analizamos una obra literaria del Romanticismo y la vinculamos con la colección y salas del Museo.
En estas ocasión, con motivo del 150 aniversario de la muerte de Gustavo Adolfo Bécquer, proponemos como lectura Desde mi celda, conjunto de cartas que el sevillano escribió durante su estancia en el monasterio de Veruela (Zaragoza) y que luego fueron publicadas en el periódico El Contemporáneo. En ellas describe su viaje hasta allí, el paisaje y los personajes que le rodean o las leyendas del lugar. Todo ello ha conseguido que este paraje se convierta en un espacio becqueriano por excelencia.
En esta actividad trataremos diferentes temas transversales como el costumbrismo, la figura de la mujer o la arquitectura. Gustavo Adolfo Bécquer, además de poeta romántico era un gran conocedor y admirador de la arquitectura. Rechazaba la destrucción del patrimonio, pues esto significaba acabar con la tradición española más real, y por tanto con la antigüedad y los orígenes del país. Por ello, en 1857 va a iniciar el proyecto La historia de los templos de España, junto a Juan de la Puerta Vizcaíno, que finalmente fracasaría, solo públicandose la primera entrega.
En sus obras, Bécquer va a hacer referencias y críticas continuas al incendio y saqueo de San Juan de los Reyes y a su transformación en almacén de víveres y pertrechos militares, o cárcel, como podemos observar en la obra Ruinas de San Juan de los Reyes de Toledo de Cecilio Pizarro, que se encuentra en el museo. Era en estas ruinas donde el poeta romántico buscaba inspiración en ocasiones.
En la obra se puede observar las ruinas de la nave de un claustro donde la cubierta se ha derrumbado y la maleza crece. En el ángulo inferior izquierdo se encuentra una figura masculina, ataviada al modo de los tipos populares, que está sentada en el suelo llevándose una mano a la cabeza en actitud meditativa.
El monasterio de San Juan de los Reyes de Toledo fue construido por encargo de los Reyes Católicos, a finales del siglo XV, con el fin de conmemorar la victoria de Toro acaecida en 1476 y convertirlo en mausoleo real, pero cambiaron en este último parecer tras la conquista de Granada en 1492. El arquitecto encargado de las obras fue Juan Guas, siendo el estilo gótico isabelino el imperante del conjunto. El ala sur del claustro principal se derrumbó a causa del incendio sufrido a finales de 1808, cuando se retiraban las tropas francesas que lo habían estado utilizando como cuartel, además el monasterio quedó en estado ruinoso tras la desamortización de Mendizábal.

Texto: Marta Pinchete. Graduada en Turismo por la UAM